Miles de tormentas coexisten en nuestro planeta. Son "el latido de la Tierra" y su huella es la resonancia Schumann

Corte Schumann
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El calor de estos días hace que sea difícil visualizarlo, pero cada segundo en nuestro planeta se produce un centenar de relámpagos en promedio y de manera casi constante. Las responsables son unas 2.000 tormentas activas en cualquier momento a lo largo del globo. Su efecto es llamado por algunos el “latido de la Tierra”, la resonancia Schumann.

Qué es la resonancia Schumann. Cada uno de estos rayos libera ondas electromagnéticas que se expanden a lo largo de la atmósfera. Las ondas que se dirigen hacia el exterior de la atmósfera rebotan en la ionosfera, una de las capas internas del campo magnético de la Tierra.

La multitud de ondas causadas por nuevos rayos y por su choque contra la pared de la ionosfera generan un eco en el espectro electromagnético, la resonancia de Schumann. La interacción de estas múltiples ondas electromagnéticas genera un patrón más o menos ordenado, pero que puede variar progresivamente en el tiempo.

Las ondas en resonancia generan interferencias constrructivas en picos más o menos concretos, cerca de los 7,8 hercios (Hz), los 14 Hz y los 20 Hz. El primero de estos picos corresponde con una longitud de onda aproximadamente equivalente a la circunferencia de la Tierra (unos 40.000 kilómetros). A partir del tercero la resonancia va desapareciendo para convertirse en ruido. Los tres picos se encuentran en la banda llamada frecuencia extremadamente baja (ELF).

¿Afecta a las personas? Estas frecuencias de radio son varios órdenes de magnitud más bajas de las que se usan las radios convencionales.

Aunque los picos de resonancia varíen levemente, éstos se encuentran en el extremo opuesto del espectro electromagnético que solemos utilizar con respecto de la radiación ionizante. Como señala la física Mar Gómez, esto implica que aun en épocas en las que ésta resonancia pueda intensificarse esto no implicaría riesgo alguno para la salud humana.

La hipótesis de las ondas alfa.Durante las últimas semanas se ha señalado desde las redes sociales que la resonancia sí podría afectar a nuestro cerebro causándonos, entre otros “síntomas”, mareos o pesadillas. De nuevo aquí no hay motivo para sospechar que sea el caso.

El razonamiento detrás de esto sería que la frecuencia del primer pico (7,8 Hz) coincidiría con las ondas alfa de nuestro cerebro. Las ondas alfa son un efecto de la actividad eléctrica de nuestro cerebro. Estas ondas están vinculadas con el estado de “relajación” de nuestro cerebro en estado de vigilia, es decir, cuando estamos despiertos pero no concentrados en alguna actividad en particular.

La hipótesis de que la resonancia Schumann podría interferir con estas ondas se basa en la creencia errónea de que sus frecuencias coinciden. Esto no es así. Como hemos señalado, el pico de frecuencia de la resonancia puede variar, no se da ininmutablemente en los 7,8 Hz, pero más importante es el hecho de que las ondas alfa también oscilan en frecuencia, y lo hacen además entre los 8 y los 12 o 13 Hz.

Una ayuda en el análisis de exoplanetas. Esta resonancia es analizada por los científicos en busca de información sobre una multitud de facetas, como la la meteorología terrestre, su entorno eléctrico e incluso su composición química.

Pero la Tierra no es el único planeta en el que se pueden dar las condiciones necesarias para estudiar otros planetas. Puesto que algunos de estos “ecos electromagnéticos” acaban traspasando los límites planetarios, es posible utilizarlos para entender mejor otros planetas.

Esta resonancia puede decirnos, en primer lugar, si un planeta cuenta con tormentas eléctricas como las nuestras. Además, estas ondas pueden darnos información valiosa sobre la composición de la atmósfera de estos planetas puesto que los compuestos presentes en ésta afectarán a cómo resuenan los rayos en su atmósfera. No hace falta recurrir a la especulación para encontrar curiosos e importantes usos a este extraño fenómeno de nuestro planeta (y otros).

En Xataka | Resolviendo uno de los grandes misterios de la meteorología: por qué hay más tormentas en el hemisferio sur

Imagen | NASA Goddard Space Flight Center / NOAA Photo Library, NOAA Central Library, OAR/ERL/National Severe Storms Laboratory (NSSL)

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