Vivimos otra era dorada de la exploración espacial: la inversión aumentó un 87% a lo largo de 2021

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En la década de 1960 Estados Unidos llegó a invertir el 4% de sus presupuestos anuales en la NASA. Había que llegar a la Luna antes que los rusos, y el país se gastó 25.800 millones de dólares de la época en el programa Apollo. Con la inflación eso equivaldría a unos 257.000 millones de dólares actuales.

Aquella época dorada de inversión espacial se está ahora repitiendo, pero esta vez dominada por el capital privado. En 2021 las empresas de capital riesgo invirtieron 17.000 millones de dólares en diversas compañías aeroespaciales en Estados Unidos, y el interés en este segmento vuelve a estar —y nunca mejor dicho— por todo lo alto. ¿Los protagonistas absolutos? Los satélites.

El capital riesgo apuesta por lanzar (montones de) satélites

Un informe de la empresa Space Capital revelaba cómo los inversores privados se han convertido en coprotagonistas de la carrera espacial. El presupuesto de la NASA ha pasado de aquel 4% de los años del programa Apollo a un 0,5% actual.

Captura De Pantalla 2022 02 03 A Las 11 03 57 El presupuesto de la NASA, ajustado a la inflación. Fuente: Planetary Society.

Las cantidades que el gobierno de Estados Unidos sigue aportando son desde luego significativas y de hecho se han ido incrementando de forma modesta pero sostenida en los últimos años. No tienen mucho que ver ya con los años dorados de las misiones a la Luna, pero las cosas se han animado mucho en los últimos tiempos, y lo han hecho gracias a las empresas privadas.

Según Space Capital, la inversión privada ha pasado de los 9.100 millones de 2020 a los 17.000 millones de 2021. Estados Unidos es el protagonista con el 62% de las inversiones, mientras que Japón está detrás con un 30% de esas inversiones. En tercer lugar, ya muy lejos, está Italia, con un 2%.

Hay otros países implicados en la carrera espacial. China invirtió 8.400 millones de dólares en 2017 para su programa militar espacial (Rusia recortó el gasto a 3.000 millones) y aquel año EE.UU. invirtió unos 14.000 millones de dólares en ese ámbito.

Los datos parecen revelar que el gigante asiático invertía mucho menos que Estados Unidos en misiones espaciales: en 2016 EE.UU. invertía seis veces más que China y ocho veces más que Rusia. Las cosas pueden haber cambiado ahora que China cuenta teóricamente con cohetes reusables, y está logrando hitos singulares en sus misiones a la Luna y a Marte.

Sea como fuere, la inversión privada ha cobrado especial protagonismo en una carrera espacial que antes se dirimía entre Estados Unidos y Rusia y que ahora parece hacerlo más entre empresas privadas como SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic o Boeing. Aquí los enfoques varían mucho —el turismo espacial fue tendencia el año pasado— pero lo cierto es que el interés del capital privado por el espacio es evidente.

Esas inversiones tienen además protagonistas absolutos: los satélites. El 95% de las inversiones han estado destinadas a compañías que lanzan satélites.  de los 17.000 millones de dólares invertidos, 4.300 millones fueron invertidos en infraestructura espacial: el hardware y software usado para construir, lanzar y controlar tecnología espacial. Ahí es donde empresas como Sierra Space, SpaceX y Planet Labs han impulsado el segmento.

Imagen | NASA

Vía | MorningBrew

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